miércoles, 23 de noviembre de 2016

Evolución de la inversión pública en el sistema educativo del Ecuador

(Artículo en inglés: The evolution of public investment in the Ecuadorian educational system )

Considerando los efectos socioeconómicos de la educación, a mediano y largo plazo, es justificable y recomendable una fuerte intervención estatal en este sector. Para el Ecuador, el sector educativo constituye “un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir”, en concordancia con el Art. 26 de la Constitución de la República del Ecuador (Asamblea Nacional, 2008)Es necesario, por tanto, fortalecer la inversión pública en dicho sector e implementar políticas que garanticen el derecho de los estudiantes a un aprendizaje multidimensional, participativo, incluyente, intercultural y de calidad. Según el premio Nobel de Economía, Paul Krugman (2009), la inversión pública en educación es un factor clave para el éxito económico en el largo plazo. Es así que el autor atribuye gran parte del éxito histórico de Estados Unidos a la inversión pública en el sector educativo desde el siglo XIX (ídem). Asimismo, otro premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz (2000), señala que el mercado prima a los trabajadores de mayor formación y capacidades, exacerbando la desigualdad social y la exclusión; por tanto, es indispensable que el Estado intervenga en el sector educativo. Finalmente, de acuerdo a la  Unicef, “conocer cuánto se asigna del presupuesto y cómo se utilizan esos recursos da luces sobre cómo y con qué garantizar el derecho a una educación de calidad, con igualdad de oportunidades” (Unicef, 2008)Dentro de los indicadores de inversión pública, los relacionados a la educación son de carácter preponderante, pues permiten visualizar la capacidad de un país para adquirir o potenciar su activo más preciado, como lo es el talento humano. Dichos indicadores pueden ser aplicados para evidenciar los avances de los planes, programas y políticas educativas (Senplades, 2012).

En este contexto, el Ecuador se ha caracterizado por su fuerte intervención en el sector educativo durante la última década. Esto se traduce en un sinnúmero de políticas educativas y regulatorias que han cambiado el espectro educativo del país. Entre los hitos regulatorios más importanes se encuentra la estructuración del Plan Decenal de Educación (2006) y los Estándares de Calidad Educativa (2012), en los cuales se definieron metas educativas y se trazó una hoja de ruta para la mejora del sistema nacional de educación. Los datos del Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador (SIISE) (MCDS, 2016) indican que para 2015, las políticas educativas inclusivas permitieron la universalización de la Educación General Básica (EGB), con una tasa neta de asistencia del 96,3%, la cual representa un crecimiento del 8% con respecto a la tasa de 2006. Para el Bachillerato General Unificado, el crecimiento de dicho indicador es aún más importante, del orden del 55% con respecto a 2006, pero alcanzando una tasa de solo 68% en 2015. Asimismo, los años de escolaridad se incrementaron de 8,8 años en 2006 a 10,1 años en 2015, logrando un crecimiento del 15%. Mientras tanto, la tasa de deserción de EGB se redujo hasta alcanzar el 3% y 5,6% para BGU. También, se lograron avances importantes en disminución de desigualdades de acceso educativo por cuestión de género, equiparando la cantidad de niños y niñas, entre el 49,5%-50,5% y una disminución de estas brechas en los resultados de evaluaciones estandarizadas como Ser Bachiller. Finalmente, se alcanzó un cumplimiento del 87% de las mejoras planteadas en infraestructura educativa y se redujo radicalmente el analfabetismo en personas mayores a 15 años, logrando una tasa de alfabetización del 94,5%. 

Adicional a la capacidad económica, y voluntad política, estos logros se deben principalmente al incremento sostenido de la inversión social y en educación realizado por el gobierno, convirtiéndose en un referente regional. Este post ilustra los logros de inversión educativa alcanzada durante en el Ecuador, período 2006-2015. Cabe resaltar que se trata de un análisis de logros cuantitativos en inversión pública, no de la calidad de los mismos. 

Evolución de la inversión educativa

La inversión pública está definida como el gasto presupuestario del gobierno, reportado en el Sistema de Cuentas Nacionales del Banco Central del Ecuador. Los gastos del gobierno central se desglosan en las siguientes funciones: servicios públicos generales; defensa; seguridad ciudadana; asuntos económicos; protección del medio ambiente; vivienda y servicios comunitarios; salud; protección social; educación; recreación y cultura (OCDE, 2016). Los datos sobre la distribución de la inversión pública pueden informar acerca del alcance de las actividades principales del gobierno y su descentralización entre sus distintos niveles (ídem).

La inversión en el sector social constituye los recursos destinados por el gobierno para atender necesidades de impacto social y potenciamiento del talento humano. Entre los sectoriales del área social se encuentran: educación, salud, bienestar social, trabajo, desarrollo urbano y vivienda (Asamblea Nacional, 2011). La inversión en educación, por su parte, se enfoca en los egresos destinados a servicios educativos, incluyendo los gastos directos en instituciones educativas, así como los incentivos tributarios o subsidios educativos focalizados (OCDE, 2016). Dado que la educación es considerada como un derecho ciudadano y un deber ineludible e inexcusable del Estado ecuatoriano, constituye un área prioritaria de la inversión pública (ídem). Este tipo de inversión se realiza sobre las personas, a través de políticas que fortalezcan sus habilidades y capacidades, tanto actuales como futuras, y que apoyen en su participación laboral y ciudadana (Comisión Europea, 2016).

Figura 1. Evolución de la inversión pública
Nota: Inversión social corresponde a “la sumatoria de la ejecución presupuestaria en valores asignados, codificados y devengados de las entidades que conforman los  ámbitos de bienestar social; desarrollo urbano y vivienda;  educación; salud; trabajo; y otros vinculados con el gasto social, en un período de tiempo determinado” (M. Fin., 2015). Datos de inversión pública total, social y en educación medidos en términos nominales (corrientes)
Fuente: Senplades, 2016
Elaboración: Autor

La inversión pública, incluyendo el sector social y educativo, ha experimentado un empuje importante desde el año 2006. Aún con una reciente reducción en la inversión pública total, su incremento ha sido sostenido desde el año 2006, marcando un hito histórico para el Ecuador. Como lo muestra la Figura 1, la inversión pública total presenta un crecimiento notable desde el año 2008, con un pico de inversión en el año 2012 de $27 581 millones de dólares, seguida por una reducción de la misma para los años 2013 - 2015. En 2008, este indicador creció un 79% con respecto a los niveles de 2007 y 2006, produciendo un salto cuantitativo e histórico de la inversión pública en el Ecuador. La política anti-cíclica de empuje fiscal aplicada desde 2008, enfocada sobre los sectores sociales, productivos y de infraestructura, se llevó a cabo para frenar los efectos negativos de la crisis mundial financiera de 2008. Dentro de la inversión en el sector social de 2008, destaca la provisión de servicios de educación (47%) y salud (23%) (M. Fin., 2008).

Por otro lado, la caída de la inversión pública total en el año 2013, ilustrada en la Figura 1, se encontró asociada a una reestructuración del gasto del presupuesto general del Estado, con énfasis en el sector social, educativo y de infraestructura, consecuente al Plan Nacional de Desarrollo (Senplades, 2013), y a la atención de problemáticas de déficit en la balanza comercial total de 2013, debido a caídas de volumen y de precio en el sector comercial petrolero. Esta reestructuración del gasto se corrobora con el crecimiento que presentó la inversión en el sector social y en educación en 2013, de 26,7% y 22,5% respectivamente, en contraposición a la caída de la inversión pública total, del -28,6%. Finalmente, en 2015, la inversión pública total presentó un decrecimiento del -11% con respecto a 2014, asociado al shock económico por la caída de los precios del petróleo y la apreciación del dólar. A pesar de la reducción presentada en los últimos tres años, la inversión pública total se mantiene sobre los $17 mil millones de dólares, los cuales bordean un crecimiento del 90% con respecto a los niveles de 2006.

Al contrario de la tendencia oscilante de la inversión pública total, existe un incremento sostenido de la inversión en el sector social, acompañada por la inversión en educación, con un crecimiento pronunciado en el año 2013. La Figura 1, ilustra un crecimiento constante de la inversión en el sector social, la cual alcanza un pico en el año 2015, con $9 696 millones de dólares; es decir, un incremento del 391% con respecto a la inversión social de 2006. De igual manera, el año 2013 presenta un pico de crecimiento de la inversión en el sector social con respecto a años anteriores, creciendo en 26,7% respecto al nivel de 2012. Este crecimiento se encuentra asociado a la reestructuración de la inversión pública total antes explicada. Conforme al incremento sostenido de la inversión en el sector social, la inversión pública en educación se ha incrementado fuertemente desde el año 2006, alcanzando un pico en el año 2014, con $4 792 millones de dólares, y una ligera reducción en 2015. Como lo muestra la Figura 1, en el año 2015, la inversión en educación decreció un -5,9% respecto a su nivel alcanzado en 2014. Esta reducción se encuentra íntimamente asociada al decrecimiento de la inversión pública total y del PIB total, causado por la caída de los precios del petróleo y apreciación del dólar. Sin embargo, a pesar de la reducción presente en dicho año, la inversión en educación presenta una marcada tendencia de crecimiento sostenido desde el año 2006, alcanzando los $4 508 millones de dólares en el año 2015. Esta última cifra representa un crecimiento del 314% de la inversión en educación, con respecto a la existente en 2006.

La inversión pública en el sector social o educativo suele ser contrastada como porcentaje del PIB o como porcentaje de la inversión pública total. El primer indicador se construye a partir de la razón entre la inversión pública, ya sea total, social o educación, y el PIB; y el segundo dividiendo la inversión social o en educación para la inversión pública total. La inversión pública total como porcentaje del PIB funciona como un aproximado del tamaño del gobierno y de su grado de aporte a la economía (OCDE, 2016b), mientras que la inversión en salud o educación como porcentaje del PIB muestran la inversión relativa al tamaño de la economía. La inversión social o en educación como porcentaje de la inversión total muestra la prioridad relativa que tiene cada sector para el gobierno, con respecto a otras áreas de inversión pública como la defensa.

Figura 2. Evolución de la inversión pública con respecto al PIB
Nota: Datos de PIB e inversión medidos en términos nominales (corrientes)
Fuente: BCE, 2016; Senplades, 2016
Elaboración: Autor

En Ecuador, la inversión total presenta una tendencia oscilante, mientras que la inversión social y en educación presentan tendencias crecientes. Como muestra la Figura 2, como porcentaje del PIB, la inversión pública total crece de forma continua y pronunciada hasta el año 2012, acompañada de la inversión en el sector social y educativo. En 2012 la inversión pública total alcanzó un pico de 31,4%, mientras que la social y educativa lo alcanzaron en 2013, con 9,7% y 5%, respectivamente. Para el año 2013, la inversión pública total se contrajo en -10,7 puntos porcentuales respecto al año anterior, mientras que la inversión social y en educación se incrementaron en 1,4 y 0,6 puntos porcentuales, respectivamente. Esto último obedeció al cambio estructural del gasto público antes descrito. Finalmente, la inversión pública total continúa una tendencia decreciente hasta el año 2015, donde alcanza el 17,8%. Esta última cifra representa una diferencia de -2,8 puntos porcentuales, o un decrecimiento del 13%, respecto a la inversión pública total como porcentaje del PIB del 2006.

A pesar de esta caída de la inversión pública total, la inversión social y en educación presentaron una tendencia relativamente constante en los últimos años, alcanzando el 9,7% y 4,5% del PIB[1], respectivamente, en el año 2015. Estas últimas cifras son 5,46 y 2,17 puntos porcentuales superiores a las de 2006, lo cual representa un incremento del 129,2% y 93,5%, respectivamente. Estos incrementos sugieren que la priorización de la inversión social y en educación se ha mantenido intacta, incrementando sostenidamente la importancia relativa de ambos rubros en el valor agregado de la economía (PIB), a pesar de contracciones en la inversión pública total. En términos regionales, si bien Ecuador presenta un nivel medio de inversión en educación como porcentaje del PIB, con respecto a la mayoría de países de Latinoamérica y el Caribe, este presenta el mayor crecimiento de este indicador en la región desde el año 2006, como lo muestra la Figura 3. Para el año 2015, Ecuador presenta un indicador de 4,5%, idéntico al que presenta Chile y muy cercano al de Colombia y al promedio regional; empero, mientras el promedio de Latinoamérica solo logró un crecimiento del 28,9% con respecto a 2006, Ecuador alcanzó el crecimiento más alto de este indicador, de 94%, seguido de Perú, con 56%, Chile, con 49,2%, entre otros.

Figura 3. Inversión en educación con respecto al PIB, comparativo de países


Nota: Extrapolación de datos de CEPAL (2016) aplicando medias móviles de orden 3 (MA3) para el año 2015. Para Ecuador se aplican datos completos de Senplades (2016)
Fuente: CEPAL, 2016
Elaboración: Autor

A su vez, este logro de inversión en educación es respaldado en un contraste del indicador como porcentaje de la inversión pública total. El porcentaje de inversión en educación con respecto a la inversión pública total presenta una tendencia relativamente constante durante los primeros seis años, pero fuertemente potenciada en los últimos tres. Este indicador presentado en la Figura 4, muestra una tendencia constante hasta el año 2012, que bordea el 15%, con excepción del año 2008. Sin embargo, el indicador adquiere un empuje significativo en el año 2013, alcanzando un pico en el año 2015, con el 25,3% de la inversión pública total. Esta última cifra representa un crecimiento del 124% con respecto al año 2006. Esto se traduce en un incremento considerable de la importancia relativa de la inversión en educación frente a la inversión pública total en los últimos tres años, explicada por el empuje de la inversión en educación en el año 2013, a pesar de la caída de la inversión pública total.

Figura 4. Evolución de la inversión social y en educación con respecto a inversión pública total
Nota: Datos de inversión medidos en términos nominales (corrientes)
Fuente: Senplades, 2016
Elaboración: Autor

La inversión en educación como porcentaje de la inversión pública total en el Ecuador representa la más alta de la región y la de mayor crecimiento con respecto a 2006. Con fines comparativos regionales, la Figura 5 muestra que el Ecuador obtuvo el mayor crecimiento en inversión en educación de la región, logrando en 2015 un porcentaje de inversión en educación 124% mayor a la de 2006. A su vez, la inversión en educación como porcentaje de la inversión pública total alcanzada en 2015, de 25,31%, representa una inversión 26% mayor que el segundo país más alto, Chile, y 90% más alto que Paraguay, el país con la menor inversión en educación relativa. Existe una diferencia de 7,81 puntos porcentuales de esta cifra con respecto a la inversión en educación promedio de Latinoamérica (17,5%). 

Figura 5. Inversión en educación con respecto a la inversión pública total, comparativo de países
Nota: Extrapolación de datos de CEPAL (2016) aplicando medias móviles de orden 3 (MA3) para el año 2015. Para Ecuador se aplican datos completos de Senplades (2016)
Fuente: CEPAL, 2016
Elaboración: Autor

Este logro de asignación de recursos al sector educativo está asociado con el crecimiento de los estándares de vida en el Ecuador. Como lo muestra la Figura 6, existe una correlación positiva, del 98%, entre la inversión en educación y el PIB per cápita del Ecuador. Esto sugiere que tanto la inversión en educación puede haberse beneficiado de los recursos productivos del país como que el nivel de vida ha sido potenciado por la inversión en educación, pues esta puede haber mejorado el aprendizaje y las capacidades de los ciudadanos y el talento humano que potencia las actividades productivas en el Ecuador. Si bien un sinnúmero de factores influyen en el PIB per cápita, una mejora en estándares de vida se encuentra comúnmente vinculada a la mejora en la inversión en educación (Boston FED, 2003). Tanto el PIB per cápita como la inversión en educación sufrieron una recaída en el año 2015 con respecto al 2014, de 3,6% y 6%, respectivamente, asociada con la caída de los precios del petróleo y la apreciación del dólar.

Figura 6. Relación entre la inversión en educación y PIB per cápita
Nota: Datos de PIB e inversión medidos en términos nominales (corrientes). El tamaño de las burbujas corresponde al porcentaje de la inversión en educación respecto a la inversión pública total del estado para el año señalado.
Elaboración: Autor


Conclusión

En perspectiva, si bien ciertos factores externos han afectado la economía ecuatoriana y su capacidad de obtención de recursos que financien políticas sociales y educativas, la prioridad de gobierno en el sector social y en educación ha permitido una inversión creciente en dichas áreas. A partir del año 2006, ha existido un incremento sostenido de la inversión en educación, tanto en términos brutos, como porcentaje del PIB y de la inversión pública total. Los indicadores productivos, medidos a través del PIB y el PIB per cápita se alinean a esta tendencia, mostrando una correlación positiva con la inversión en educación. Para el año 2015, la inversión en educación se ubicó en los $4 508 millones de dólares, logrando un incremento de $3 419 millones de dólares con respecto a la de 2006, o un crecimiento del 314%. Asimismo, la inversión en educación alcanzó el 4,5% del PIB en 2015, logrando un crecimiento del 94% con respecto a 2006, así como el 25,4% de la inversión pública total, logrando un crecimiento del 124% en este período. Estos logros en el crecimiento de la inversión social y en educación del Ecuador, constituyen los mayores de Latinoamérica y el Caribe, y se alinean a la primera estrategia del programa de Educación Para Todos (EPT): “Aumentar de manera considerable la inversión en educación básica” (UNESCO, 2015).

La inversión pública en el sector educativo, genera resultados de eficiencia sobre el sistema nacional de educación. La UNESCO (2016) recalca que la implementación de políticas sociales en el campo educativo permite mejorar las tasas de escolarización, el aprendizaje a lo largo de toda la vida, y la incorporación plena por parte de los sistemas educativos de la visión de desarrollo sostenible. Para el caso ecuatoriano, estos resultados se expresan a través de mejoras en las tasas de alfabetismo, matrícula, asistencia, deserción y promoción escolar. 

A pesar de los shocks externos, las políticas en educación y bienestar social se han mantenido como una prioridad en la agenda de inversión pública del gobierno. Desde 2006, el sistema de educación se ha beneficiado de mejoras sostenidas en la inversión pública, habiéndose incrementado en $3.419 millones y alcanzando los $4.508 millones en 2015, lo cual representa un incremento de 314%. Como porcentaje del PIB, también ha existido una tendencia creciente, alcanzando el 4,5% del PIB en 2015, 94% más que en 2006 (2,3% del PIB). Aún considerando estos logros, es recomendable el estudio de la calidad de la inversión invertida, pues algunos autores han notado a través de estudios estadísticos y modelación econométrica que existen signos de ineficiencia de resultado en ciertos ámbitos de la oferta educativa. Aportes como el realizado por Juan Pablo Jaramillo dan luces acerca de lo mencionado. Sin embargo, aun con posibles ineficiencias, los hitos de inversión educativa son innegables e inigualables, y repercutirán sobre el desarrollo del país a mediano y sobretodo largo plazo. 



REFERENCIAS

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Asamblea Nacional. (2011). La inversIón social en el Presupuesto General del Estado. Asamblea Nacional y Unicef, Quito. Recuperado el 10 de 10 de 2010, de https://www.unicef.org/ecuador/Asignacion_PGE_2011_web.pdf
Banco Mundial. (2016). Datos Banco Mundial. Banco Mundial. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de Índice de Gini: http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.GINI?locations=EC&view=chart
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Comisión Europea. (2016). Employment, social Affairs & inclusion. (E. Comission, Editor) Obtenido de Social investment: http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1044
Krugman, P. (09 de Agosto de 2009). The Uneducated American. The New York Times. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de http://www.nytimes.com/2009/10/09/opinion/09krugman.html
M. Fin. (2008). Informe de transparencia y rendición de cuentas 2008. Ministerio de Finanzas, Quito. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de http://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2012/08/Informe-Transparencia-y-Rendici%C3%B3n-de-Cuentas-2008-Presentaci%C3%B3n.pdf
M. Fin. (2015). Boletín de Ejecución Presupuestaria. Boletín, Ministerio de Finanzas, Subsecretaría de presupuesto, Dirección nacional de consistencia presupuestaria, Quito. Recuperado el 11 de 10 de 2016, de http://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2015/10/BOLETIN-TRIMESTRAL-2015-II-ABRIL-JUNIO.pdf
MCDS. (2016). Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador. Ministerio Coordinador de Desarrollo Social del Ecuador. Recuperado el 20 de 11 de 2016, de http://www.siise.gob.ec/agenda/index.html?serial=13
OCDE. (2016). OECD Datos. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Recuperado el 10 de 10 de 2016, de https://data.oecd.org/eduresource/public-spending-on-education.htm
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Unicef. (Agosto de 2008). Necesaria mayor inversión en educación de niñez indígena Unicef. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Obtenido de Unicef sitio web: https://www.unicef.org/ecuador/media_13039.html




[1] La inversión en educación como porcentaje del PIB de 4,5% corresponde a términos corrientes, la misma asciende a 5,23% en términos constantes. Una inversión en educación como porcentaje del PIB del 4.5% representa el promedio de los países de alto desarrollo humano en el mundo (PNUD, 2015).

sábado, 18 de junio de 2016

Progresismo en el Ecuador: innovar o perecer.



Este primer post nace del aporte realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG 2016), en el cual se recalca la necesidad de un cambio de discurso del movimiento Progresista latinoamericano. Este análisis, y su pertinencia a la coyuntura política y económica del Ecuador, motivó al autor a ampliar el esfuerzo realizado por CELAG, instando no solo a un cambio de discurso sino de paradigma de desarrollo para el modelo ecuatoriano desde la corriente progresista, aportando también con dosis 'amigables' de teoría y evidencia económica pertinente.

Los escenarios económicos, sociales y culturales en Ecuador no son los mismos de hace 10 años. Con profundas mejoras en el ámbito social, más que económico, se ha logrado sacar de la pobreza a más de 2 millones de Ecuatorianos y, a su vez, generar avances importantes en igualdad de ingresos e inclusión social. La coyuntura de crecimiento económico latinoamericano de los últimos años fue aprovechada por el gobierno de Rafael Correa para saldar cuentas sociales, dejadas por gobiernos anteriores. La pobreza por ingresos cayó de 37,6% a 22,5% durante este gobierno (Banco Mundial 2016), a la vez que la desigualdad de ingresos, medida por el coeficiente de Gini, se redujo de 0.54 a 0.47, “puesto que el crecimiento benefició en mayor medida a los más pobres” (ídem). Estos importantes avances sociales, que sin embargo pueden no ser necesariamente sostenibles en el tiempo, son reconocidos por múltiples entidades internacionales. Este es el caso del estudio de Boston Consulting Group (BCG 2015), el cual galardona al Ecuador como el único país petrolero que fue capáz de convertir riqueza y crecimiento en bienestar (p. 26). 


Con una clase media más robusta, viene un cambio de demanda. Los tipos de bienes y servicios que maximizan el bienestar de los consumidores Ecuatorianos han mutado considerablemente en esta última década. La clase media ecuatoriana sustituyó su consumo de bienes considerados inferiores o de menor calidad, por otros de mayor calidad. Hasta hace dos años, aun sin los efectos negativos de la reducción de los precios del petróleo y consecuentes recortes de gasto, la restricción presupuestaria de los ecuatorianos también había cambiado, contando con mayores ingresos promedio que potenciaban la demanda de estos bienes. Ahora, si bien el presupuesto del Ecuatoriano promedio se ha restringido en estos dos últimos años, sus preferencias han cambiado poco, con una consecuente reducción de demanda de los mismos productos, o la búsqueda de bienes sustitutos por otras fuentes menos amigables con la economía local. Un ejemplo de este último caso es la creciente tendencia de compra de productos de buena calidad, a menor precio, en los mercados de países vecinos, como Colombia.

Este cambio de preferencias de consumo también produce un cambio de preferencias políticas. La nueva clase media demanda agentes políticos que representen sus intereses actuales, y ya no los correspondientes a su etapa previa. Como tal, buscan propuestas que prometan oportunidades que les permitan restaurar e incluso incrementar sus niveles actuales de consumo, con bienes y servicios de mayor calidad. Por lo tanto, el movimiento Progresista debe cambiar su modelo de desarrollo y discurso político, de manera que pueda capturar estas demandas. Así también, debe saber diferenciar y deslegitimar discursos neoliberales y libertarios fundamentalistas de mercado, afines al movimiento conservador, "promotores del libre emprendimiento" a partir de la desregulación estatal, la disminución de impuestos y de gasto social y del achicamiento del Estado.

El movimiento progresista debe instar a un modelo de desarrollo inclusivo, más que igualitario, compatible con los incentivos y aspiraciones de la clase media, e inteligentemente insertado en el contexto internacional. Bajo un modelo de crecimiento inclusivo, existe crecimiento económico diversificado que puede ser sostenido en el largo plazo, incorporando en su planificación y obtención de beneficios a la amplia masa laboral. Este se diferencia de un crecimiento pro-pobres pues, en vez de focalizarse en el bienestar de los pobres de un país, busca incrementar las oportunidades y el bienestar de la gran mayoría de la fuerza laboral, tanto pobres como clase media (Banco Mundial 2009). 

Es importante que este crecimiento inclusivo capture la importancia de la transformación estructural para la diversificación económica y la competencia, incluyendo la ‘creación destructiva’ de las empresas, que genera inovación y eficiencia, y que permitirá superar la dependencia de los recursos naturales que atenta contra el crecimiento sostenible de la economía ecuatoriana y de los avances sociales alcanzados hasta el momento. Como tal, el movimiento progresista debe proponer políticas económicas, así como profundas y sostenidas reformas institucionales formales (leyes y reglamentos) e informales o culturales (normas y convenciones sociales, códigos de conducta y valores) (North 1990), que sean compatibles con los incentivos de los consumidores y emprendedores nacionales y que consideren el contexto internacional. Carayannis y Gonzalez (2003) demostraron que ‘el rol de la innovación empresarial es decisivo como catalizador y acelerador del desarrollo económico’, especialmente en naciones dependientes de los recursos naturales (p. 599), como Ecuador (Gonzalez 2010, p. 84). Esto sugiere que el Ecuador debería apostar por la innovación empresarial para diversificar su economía (ídem, pp. 53-56). Asimismo, de acuerdo con Barma (2014), las políticas públicas y reformas institucionales que potencien la innovación a partir del emprendimiento, tendrán el potencial de generaciones óptimas de renta de recursos naturales (Barma 2014, pp. 257-259, 269; Barma et al. 2011, pp. 4-10), a la vez que se potenciará la diversificación de sus sectores económicos, fuera de los sectores tradicionales primario-exportadores y con fuerte intervención estatal para potenciar sectores de alto valor agregado (Chang 2015). Estas políticas, incluyen continuar y profundizar las inversiones en el sector educativo y de la salud, tanto en las etapas tempranas como dentro del proceso escolar y de educación superior, así como de la fuerza de trabajo, cuyas habilidades deben ser fortalecidas y direccionadas hacia sectores de alto valor agregado. Finalmente, la apertura a la competencia proveniente de la inversión extranjera, condicionada a una planificación, gestión y regulación adecuada, tiene el potencial de generar traspaso tecnológico y funcionar a su vez como un promotor de la destrucción creativa, donde solo las empresas que más inviertan en innovación y se adapten mejor al cambio estructural sean las que se mantengan en el mercado (Aoki 2000, p. 30; Burlamaqui 2000, pp. 31-32); y se castigue el comportamiento rentista, conformista y cortoplacista que, lamentablemente, demuestra gran parte de empresariado ecuatoriano.

Estas políticas y reformas pro-emprendimiento y a favor de la innovación deben estar claramente diferenciadas del discurso neoliberal, propuesto por el movimiento conservador. El Dr. Ha-Joon Chang (2015), de la Universidad de Cambridge, es muy enfático en recalcar que, al contrario de lo que predican los movimientos conservadores, un gobierno a favor de los ricos es esencialmente anti-emprendimiento. Según el autor, un verdadero gobierno pro-emprendimiento se aleja de la retórica neoliberal y demagoga de la desregulación estatal, la liberalización de mercados a ultranza, la austeridad y la reducción de impuestos; mas bien, proponiendo una clara estrategia económica que considera intereses e incentivos de las microempresas, PyMes, y economías popular-solidarias, siendo capaz de converger dichos incentivos con los intereses y valores de otros miembros de la sociedad, a través del fortalecimiento institucional (ídem).  

Finalmente, la actualización del discurso progresista debe mutar de la igualdad a la equidad de oportunidades, meritocracia y progreso. Solo así se podrá evitar la colonización del discurso Neoliberal del Estado derrochador y agresor de los "derechos individuales", que está potenciando el surgimiento de la restauración conservadora en Latinoamérica y el Ecuador. Es necesario, entonces, incorporar "una buena percepción sobre las motivaciones humanas y la heterogeneidad de valores que impregna la sociedad" (CELAG 2016). Los economistas conocemos esto como 'incentivos individuales', y estos jamás deben ser ignorados; pues, cegarse ideológicamente por un discurso socialista que da por sentado un amor universal por la igualdad, e ignorar las aspiraciones de superación individual de la clase media Ecuatoriana, es la receta perfecta para repetir escenarios lamentables como el Argentino y Brasileño. Para nada esto significa abandonar políticas igualitarias, sino cambiar el discurso ideológico de la 'igualdad para todos' por el de 'crecimiento con equidad de oportunidades', acompañado de 'política pública eficiente y transparente', que incrementa el bienestar de todos y potencia el emprendimiento. Es indispensable institucionalizar en la sociedad ecuatoriana el hecho que la equidad de oportunidades no solo representa justicia, sino una sociedad con mejores estándares de vida para todos. Está por demás demostrado, inclusive por el FMI (Ostry et al. 2011, 2014), que sociedades con menores niveles de desigualdad, y con mayor equidad de oportunidad y acceso a la educación y salud de calidad, no solamente gozan de mejores condiciones sociales sino de mayor crecimiento económico, sostenible en el tiempo (The Economist 2012, 2014). Se debe, por tanto, convencer inclusive al ciudadano más individualista que la equidad de oportunidades es un bien público que le compete, puesto que sociedades más igualitarias redundan en competitividad y eficiencia económica, con externalidades positivas de las que se beneficiaría considerablemente (CELAG 2016).
 
El actual discurso y paradigma de desarrollo propuesto por los movimientos progresistas del Ecuador es viejo y caduco; y, como todo en el sistema capitalista, si no genera innovación, no se adapta al cambio estructural y perece. Se trata, entonces, de incorporar una percepción realista de los incentivos de superación individual y de la heterogeneidad de la clase media Ecuatoriana dentro del modelo de desarrollo y de la propuesta política progresista, y de promover la equidad de oportunidad como un medio indispensable para mejorar los estándares vida de todos. Esto implica impulsar un modelo de desarrollo inclusivo, más que igualitario, que refleje la equidad de oportunidades y el progreso individual y social. Es hora de entender a la clase media y trabajar con ella, proponiendo un  nuevo paradigma de desarrollo para el país, a favor del 99% de ciudadanos que se verían afectados por el ascenso del movimiento conservador en el Ecuador.



Referencias:

Aoki, M 2000, ‘Institutional evolution as punctuated equilibria’, in C Ménard (ed.) Institutions, contracts, and organizations: perspectives from new institutional economics, Edward Elgar, Cheltenham, UK, pp. 11-31.

Banco Mundial (2016), ‘Ecuador: panorama general’, <http://www.bancomundial.org/es/country/ecuador/overview>  

Banco Mundial (2009), ‘What is inclusive growth?’, <http://siteresources.worldbank.org/INTDEBTDEPT/Resources/468980-1218567884549/WhatIsInclusiveGrowth20081230.pdf>
 

Barma, N (2014), ‘The rentier state at work: comparative experiences of the resource curse in East Asia and the Pacific’, Asia & the Pacific Policy Studies, vol. 1, no. 2, pp. 257–272.

Barma, N, Kaiser, K & Le, TM (2011), Rents to riches: the political economy of natural resource-led development, World Bank Publications, Herndon, VA,  <http://site.ebrary.com/lib/alltitles/docDetail.action?docID=10527218>.

Boston Consulting Group (2015), 'Why well-being should drive growth strategies',
<http://www.bcg.com.cn/en/files/publications/reports_pdf/BCG_Why_Well-Being_Should_Drive_Growth_Strategies_May_2015.pdf>


Burlamaqui, L 2000, ‘Evolutionary economics and the economic role of the state’, in L Burlamaqui, AC Castro & HJ Chang (eds) Institutions and the role of the state, Edward Elgar, Cheltenham, UK, pp. 27-52.

Carayannis, EG & Gonzalez, E (2003), ‘Creativity and innovation = Competitiveness? When, How, and Why’, in LV Shavinina (ed), The International Handbook on Innovation, Pergamon, Oxford, pp. 587–606,
 <http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780080441986500401>.

Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG 2016), ‘¿La clase media muerde la mano que le dio de comer? ¿O la mano no entiende?’
 <http://www.celag.org/wp-content/uploads/2016/06/Seguir-leyendo-2.pdf>

Chang, H-J (2015), ‘Ignore the ‘pro-business’ rhetoric: a pro-rich government is anti-business’, <http://www.theguardian.com/commentisfree/2015/mar/03/pro-business-tax-avoidance-market-rigging?CMP=share_btn_tw>

Gonzalez, CY 2010, Ecuador: Diversification and sustainable growth in an oil - dependent country, The World Bank,
<http://documents.worldbank.org/curated/en/2010/03/16288377/ecuador-diversification-sustainable-growth-oil-dependent-country>
.



North, DC 1990, Institutions, institutional change, and economic performance, Cambridge University Press, Cambridge.

Ostry, MJD, Berg, MA & Tsangarides, MCG (2014), Redistribution, inequality, and growth, International Monetary Fund, 
<https://www.imf.org/external/pubs/ft/sdn/2014/sdn1402.pdf >.

Ostry, JD & Berg, AG (2011), ‘Inequality and unsustainable growth: two sides of the same coin?’, International Monetary Fund,
<http://canadasexcellentfuture.com/sites/default/files/IMF%20Inequality%20and%20Unsustainable%20Growth.pdf>.


The Economist (2012), 'For richer, for poorer: Growing inequality is one of the biggest social, economic and political challenges of our time.'
<
http://www.economist.com/node/21564414?fsrc=scn/tw_ec/for_richer_for_poorer>
 

The Economist (2014), 'Inequality v growthUp to a point, redistributing income to fight inequality can lift growth'
<http://www.economist.com/news/finance-and-economics/21597931-up-point-redistributing-income-fight-inequality-can-lift-growth-inequality?fsrc=scn/tw_ec/inequality_v_growth>